La Revolución Emocional del Siglo XXI

No habrá transformación digital si no va acompañada de una revolución emocional. El futuro depende de la aceptación y adaptación emocional a las nuevas tecnologías. Veamos oportunidades donde aparentemente hay incertidumbres, salgamos de nuestra zona de confort, apostemos por las actitudes mas que por las aptitudes.

Se habla mucho de Tranformación Digital y de la irrupción constante de nuevas tecnologías. Parecemos despreciar la componente emocional y no nos damos cuenta que esa va a ser la clave en los próximos años. De su adecuada gestión, como colectivo social y como raza humana, va a depender nuestro futuro.

Podemos huir, luchar, ser indiferentes, aceptar e, incluso, ilusionarnos con todos los cambios tecnológicos, los conocidos y los que vendrán. Esa será nuestra respuesta emocional. En todos y cada uno de nosotros estará el elegir qué hacer y cómo afrontarlo.

La tecnología es neutra, no es buena o mala en si misma. Las multinacionales, los gobiernos y los poderes económicos deciden en qué momento se libera su uso, pero seremos nosotros los que tengamos la última palabra para aceptar emocionalmente este nuevo orden de las cosas. La propia tecnología nos da medios para constituirnos en un nuevo poder, si actuamos juntos. Yo soy claramente optimista con el futuro y apuesto por nuestra revolución emocional para darle sentido a todos estos cambios que estamos viviendo y los que, sin duda, viviremos en un futuro cada vez más cercano.